Javier comenzó a emprender desde muy joven. Cursando sus últimos años en administración y dirección de empresas creó Anyware Seguridad Informática, haciendo caso a un impulso que no le dejó parar hasta que lo llevo a cabo.
Con el transcurso de los años, la empresa fue cogiendo cada vez más cuota de mercado en ese sector incipiente de la seguridad informática y a los 8 años de vida una de las compañías más grandes en este sector – McAfee – les hace, como dice él, “una propuesta que no pueden rechazar”. Se integran en la compañía y empieza a asumir proyectos con dificultades, que poco a poco van convirtiéndose en éxitos. Está en la compañía durante trece años asumiendo diferentes puestos de responsabilidad.
En este mercado tan global, Intel compra McAfee y le nombran vicepresidente de Intel Security Group para Europa (EMEA). A los 5 años de ocupar este puesto decide “jubilarse” a la edad de 50 años y devolver a la sociedad toda esa experiencia acumulada durante todos estos años. Tras un año sabático empezó a colaborar con ONG’s, a apoyar a emprendedores y ahora es un mentor de los más reconocidos en el sector de la tecnología. Desde hace casi dos años es el CEO de Smart Protection.
Javier nos cuenta que cualquier emprendedor debe tener estas características:
– Capacidad de gestión del riesgo. Es muy importante saber que tolerancia tiene uno al riesgo
– Capacidad de manejarse en la incertidumbre y en la ambigüedad
– Capacidad de resolución de problemas.
– Capacidad de manejarse en la incertidumbre y en la ambigüedad
– Capacidad de resolución de problemas.
Como emprendedor, nos dice, debes tener claro qué quieres ser, a dónde quieres llegar, como poco a grandes rasgos. Ser consciente de que no podemos hacer todo, todo el tiempo. Hay que elegir donde poner el foco para que nuestro proyecto funcione, es decir, concentrar los esfuerzos en aquellas áreas que son estratégicas para el desarrollo de nuestra idea.
Como mentor nos explica que a la hora de evaluar un proyecto se analiza primero la necesidad real a solucionar, que exista un mercado y que este tenga capacidad de crecimiento; segundo, que la solución planteada (producto/servicio) cubra esa necesidad; y tercero, el equipo que va a llevar a cabo el proyecto.
Según sus palabras un inversor no se cree ni la tercera parte de un business plan, en la primera fase son las personas, en la segunda las métricas y en la tercera escalar. “Las mejores novelas épicas, se escriben en un excel”, nos apunta.
Tras su exposición, Javier compartió un café con los participantes disfrutando de un networking con todos los asistentes.
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