- A la hora de desarrollar una empresa es indispensable contar con herramientas útiles que faciliten su gerencia y nos ayuden a optimizar los recursos disponibles, como el cuadro de mandos integral
La toma de decisiones estratégicas requiere de una información precisa y actualizada de todos los procesos y aspectos clave que intervienen en el funcionamiento de una entidad. De esta manera, para que ésta pueda llevarse al siguiente nivel es necesario contar con un modelo de administración empresarial.
Origen
Ese modelo surge en 1992 de la mano de dos expertos en gestión de negocios, Robert Kaplan y David Norton, que decidieron introducir el concepto del balanced scorecard (BSC) o, dicho de otra manera, el cuadro de mandos integral (CMI).
Conocido como un pilar innovador del sector empresarial desde entonces, este modelo es mundialmente conocido ya que, al utilizarlo, se obtiene una visión global y en tiempo real de la estrategia empresarial y las acciones que se llevan a cabo para alcanzar los objetivos que la ayuden a seguir avanzando.
Con esta herramienta es posible que todo el equipo conozca el estado de las áreas más importantes de un proyecto de un modo global y equilibrado, ya que en ella se aúnan numerosos indicadores que a su vez se han vinculado a planes de acción concretos.
Beneficios del cuadro de mandos integral
Una vez que se conoce la entidad con un nivel de detalle más preciso, el uso del cuadro de mandos integral (CMI) propicia también una serie de beneficios, tales como:
- La anticipación de posibles problemas e inconvenientes que puedan afectar al ritmo y rendimiento normales de la empresa. Si se tienen medidas preventivas que salvaguarden su buen funcionamiento, especialmente en el ámbito económico, será menos probable quedarse sin flujo de caja, fondos de mantenimiento y seguridad o activos financieros.
- La toma de decisiones, que es más eficiente y se centra en las necesidades del propio mercado del producto o servicio que se ofrece. Esto mejora tanto la satisfacción del cliente como su lealtad posterior.
- Gracias a la optimización que permite este modelo es más sencillo identificar las áreas de mejora y operar de forma más perfeccionada y productiva en un tiempo más reducido.
- El crecimiento es la última de estas ventajas, ya que, al evaluar el rendimiento de las iniciativas con las que cuenta el proyecto y hacer seguimiento de su status de forma global, las perspectivas de futuro son mucho más favorables y se encaminan hacia una expansión prácticamente orgánica de la startup.
Perspectivas
Por otra parte, la importancia de este recurso radica, a su vez, en cuatro importantes perspectivas:
- La financiera: es la que da a conocer el desempeño financiero general y la rentabilidad del proyecto. Recoge indicadores clave como los ingresos, la rentabilidad y/o los costes.
- La del cliente: tener en cuenta su satisfacción, fidelidad o percepción de la empresa puede ayudar a identificar oportunidades para mejorar la forma en la que éste se relaciona con el producto o servicio que se le ofrece.
- La operativa: la calidad de los procesos internos también es un factor determinante. Los esfuerzos también deben estar orientados a proporcionar una mayor eficacia y productividad de las entregas a costes más reducidos.
- La del aprendizaje y el crecimiento: tanto el enfoque del negocio como el equipo que lo hace funcionar a largo plazo deben ser considerados. Saber capacitar al personal, tener una actitud de adaptabilidad y resiliencia continuos harán que la startup evolucione favorablemente.
En su conjunto, estos puntos de vista pueden aplicarse a todas las dimensiones de la organización, independientemente del sector al que pertenezca la entidad, y favorecer una serie de beneficios que impulsen su avance y crecimiento en el tiempo. Con ellos, también será posible subsanar los posibles obstáculos y desafíos que puedan aparecer en las distintas fases del proyecto.