David Castro, madrileño y orgulloso de serlo desarrolló su vida profesional por cuenta ajena en el sector de la informática. Tras tener una carrera de éxito en puestos directivos y de responsabilidad a la edad de 37 años decide dar un giro a su vida profesional y dejar este mundo estable y más o menos seguro que poco a poco le fue desinteresando debido a las coyunturas de las grandes corporaciones.
Durante un tiempo se debate entre varios proyectos a emprender, pero al final y después de analizar diferentes cuestiones se decanta por algo que además siempre le ha gustado mucho, como es la cerveza.
Al principio dedica su tiempo a la formación sobre como se elabora la cerveza y comienza a título particular a hacerla en su casa. Empieza a gustar la cerveza que elabora y sus amistades y conocidos empiezan a demandársela. Es aquí donde se plantea como convertir algo que casi había empezado como un entretenimiento, en un negocio.
Nos explica que en su búsqueda como emprendedor él quería un proyecto que fuera, suficiente, gratificante y asegurado. Sobre estos tres pilares, ha construido el suyo.
Una de las cosas que le ha producido mayor satisfacción es que ha conseguido innovar dentro de un sector muy tradicional, como es el cervecero.
El trabajo y dedicar mucho tiempo a su proyecto es una de las bases para que algo que empezó hace diez años esté consolidado y dando sus frutos. Para poder producir cerveza a gran escala, dedicó mucho tiempo a viajar por todo el mundo, aprendiendo de las empresas que sabían y que estaban alineadas con sus objetivos.
A la hora de buscar los socios que le acompañaron en un principio nos recomienda que busquemos personas que nos complementen. Por ejemplo, su proyecto, empezó con cuatro socios. Uno era abogado, otro un experto en el funcionamiento de la banca, el tercero experto en seguros y el cuarto era una persona con muchos contactos. Para él estas personas fueron las que complementaron su idea de negocio y las que hicieron posible ir salvando todos los obstáculos que emprender te pone en el camino.
Como muchos, pasó por momentos difíciles, donde tirar la toalla era una opción. Su experiencia le enseñó, que no nos tenemos que quedar con esos “alti-bajos”, si no que tenemos que fijarnos en la tendencia y no en el corto plazo.
Nos aconseja que, dentro de lo posible utilicemos las virtudes, lo bueno, lo único del lugar donde fijemos nuestro proyecto. En su caso y al ser parte fundamental de la elaboración de la cerveza, el agua, aprovechó de Madrid esta agua que tenemos que en pocos sitios es igual y que ayuda a ser diferente a sus cervezas.
Tras su exposición, David compartió un café con los asistentes disfrutando de un rato muy agradable con todos los que asistieron a este Coffee Break tan interesante.
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