- Autónomos y personas emprendedoras optan por formarse en áreas como administración y finanzas para mejorar la gestión de sus actividades empresariales
Antes de poner en marcha un negocio es fundamental que cualquier persona que vaya a poner en marcha un proyecto de emprendimiento tenga un conocimiento sólido sobre ciertos conceptos financieros clave que puedan marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de su proyecto. Cada vez más autónomos y personas emprendedoras optan por formarse en áreas como administración y finanzas para mejorar la gestión de sus actividades empresariales.
Los expertos del Instituto Técnico de Estudios Profesionales han identificado diez términos financieros esenciales que toda persona emprendedora debería comprender antes de lanzarse a la aventura empresarial. Estos conceptos son especialmente importantes, ya que cualquier proyecto que ignore los aspectos contables y financieros podría enfrentarse a serios problemas de viabilidad.
Diez conceptos financieros básicos que todo emprendedor debería dominar
Activos
Los activos representan todos los recursos que una empresa posee y que son necesarios para desarrollar su actividad. Pueden ser bienes materiales como infraestructuras, herramientas o locales, o inmateriales, como una patente, una marca registrada o el know-how con el que cuenta la empresa. La correcta gestión de los activos es muy importante para mantener la operatividad y generar ingresos y su correcta valoración es esencial para llevar una correcta gestión financiera de la empresa.
Acreedores
Son las personas físicas o jurídicas con las que una empresa tiene una deuda. Estos acreedores pueden ser bancos, proveedores o incluso organismos como Hacienda o la Seguridad Social. Cualquier persona emprendedora debe gestionar adecuadamente las relaciones con sus acreedores, asegurándose de cumplir con sus obligaciones de pago para evitar sanciones o dificultades financieras.
Tesorería
También conocido como flujo de caja o cash-flow, la tesorería es la diferencia entre los ingresos y los gastos de una empresa en un período determinado. En términos simples, se refiere al dinero neto disponible que tiene la empresa para operar. Mantener un control riguroso la tesorería es esencial para asegurar la estabilidad financiera y planificar inversiones o gastos futuros.
Circulante
Se refiere a los recursos financieros que una empresa necesita para cubrir sus obligaciones inmediatas como el pago a proveedores, nóminas, alquileres o facturas. Es un indicador de la liquidez de la empresa, es decir, su capacidad para afrontar los gastos operativos. La falta de circulante puede poner en peligro la continuidad del negocio.
Colchón de tesorería
Es recomendable que el emprendedor o emprendedora disponga de un fondo de reserva, conocido como colchón de tesorería, que le permita cubrir los gastos fijos durante, al menos, 18 meses. Este fondo es crucial para hacer frente a imprevistos o períodos de baja actividad, asegurando que el negocio pueda seguir operando en situaciones de dificultad.
Pasivo
Representa las obligaciones financieras de una empresa con terceros, como deudas, salarios pendientes o facturas por pagar. Es fundamental que la persona emprendedora gestione bien su pasivo para evitar un endeudamiento excesivo que comprometa la viabilidad del negocio a largo plazo.
Punto de equilibrio
Se refiere al momento en que los ingresos generados por el negocio igualan a los gastos, es decir, cuando la empresa deja de perder dinero y empieza a ser autosuficiente. Alcanzar el punto de equilibrio es uno de los primeros objetivos de cualquier emprendedor, ya que marca el inicio de la rentabilidad del proyecto. También se conoce por su nombre en inglés break even.
Ratio de liquidez
Este indicador mide la capacidad de una empresa para convertir sus activos en efectivo y cubrir sus deudas a corto plazo. Una buena ratio de liquidez indica que la empresa tiene suficiente solvencia para hacer frente a sus obligaciones inmediatas, lo que es esencial para mantener la confianza de los acreedores y proveedores.
Retorno de la inversión (ROI)
Es el tiempo que tarda una empresa en recuperar el dinero que ha invertido en un proyecto o activo. Es un indicador clave para evaluar la rentabilidad de una inversión. Un emprendedor o emprendedora debe calcular el ROI antes de realizar cualquier inversión importante para asegurarse de que es una decisión financieramente viable.
Margen de contribución
Este término se refiere al beneficio que obtiene una empresa por cada producto o servicio vendido, después de deducir los costes directos de producción. El margen de contribución es crucial para determinar la rentabilidad de la empresa, ya que permite a la persona emprendedora ajustar precios, reducir costes y mejorar la eficiencia operativa.
En conclusión, comprender y aplicar estos diez conceptos financieros es esencial para que cualquier emprendedor pueda gestionar su negocio de manera eficiente y garantizar su sostenibilidad a largo plazo. La formación en estas áreas, a través de cursos o grados especializados, puede marcar una gran diferencia en la capacidad de un emprendedor para tomar decisiones informadas y estratégicas que maximicen las probabilidades de éxito de su proyecto.
Más información: Cómo realizar un inventario de activos intangibles – Portal OEPM